"Buenas tardes, en primer lugar, desearos a todos los
presentes un feliz año nuevo.
Quiero empezar este discurso, contando mi experiencia
personal en esta gran aventura que nunca olvidaré.
Hace ya quince años que mis oídos escuchaban una y otra vez,
todos los 5 de enero, “algún día serás tú la estrella de esta cabalgata”. Por
fin llegó el año en el que se decide hacer realidad este sueño. Era un 5 de
noviembre ( domingo) cuando avisaron a
mi madre de que este sueño estaba a punto de hacerse realidad; para darme la
gran noticia, decidieron sorprenderme con la presencia de todos mis seres
queridos reunidos. Desde ese día en adelante todo ha sido un cúmulo de nervios,
emociones, trabajos, reuniones familiares, risas, etc. que han hecho que estos
dos meses pasen en un cerrar y abrir de
ojos.
Se iba acercando el día y los pronósticos meteorológicos no
eran los esperados, fue un día triste el 4 de enero cuando nos dan la noticia
de que definitivamente se aplazaría la cabalgata para el domingo 7. Cuando
amanecimos el día 5 todo fue surgiendo
como estaba esperado, con nostalgia y tristeza, pero una vez preparada, mis
pajes, mis amigas y algunos familiares se reunieron en mi casa para verme
salir, mis tristezas comenzaron a convertirse en alegrías y empecé a sentirme
la estrella que debía haber sido esa noche.
Cuando por fin, me reúno con mis compañeros, aquí presentes,
y comenzamos las visitas a abuelos, pequeños y conventos…pensé, ahora sí, mi
sueño y el de mis padres, se estaba cumpliendo, sentí cómo la ilusión llegaba
de mi mano y de las de mis compañeros a personas que lo necesitaban; fue algo
que no podría describir con palabras, pues creo que sólo se puede vivir.
Dos días después, subo a mi carroza, por cierto magnífica, gracias a todas las personas que han
trabajado en ella. El tractor arranca y los nervios me comen. Pero todo fue
salir por la puerta, una marea roja y plata me aplaudía y aclamaba, eran mis
familiares y amigos, los nervios desaparecieron y comencé a disfrutar de la
mejor noche de mi vida. Dicen que nos llovió, no lo creo, para mí sólo eran lágrimas
de emoción que caían del cielo, por ello yo las recibía con alegría y orgullo. Porque
en días como éste tenemos presentes a todas las personas que nos rodean y nos
quieren, así como esas personas que se fueron y no pudieron acompañarnos en
tantas experiencias bonitas y emocionantes como esta que hemos vivido. El
sueño de esta gran experiencia me fue inculcado y grabado por una persona muy especial para mí, mi padre,
que se fue hace bastante tiempo, pero estoy segura de que allí donde esté
estará tan orgulloso y lo habrá disfrutado tanto como nosotros, pues era uno de
sus sueños. Gracias a mi madre y muchas
más personas, que han estado ayudando continuamente, he podido cumplir tanto:
la promesa de mi padre de sacarme algún día de estrella de la cabalgata de
Carmona, que se convirtió también en uno de mis sueños. Tras esto, me gustaría darle las gracias, a mi madre,
por todo en general, porque a veces no damos las gracias ni decimos te quiero porque
creemos que esa persona lo sabe, pero es
necesario, porque esa persona lo ha dado todo por ti, por ello, muchas gracias mama,
te quiero. También, debo incluir aquí a mi tía mari Carmen, que ha ayudado muchísimo a mi madre con todo, y
siempre ha sido y será como una madre más para mí; a mis tíos, porque con su apoyo
ha sido mucho más llevadera la falta de mi padre; a Vicente, que nos ayuda
siempre y, en general, a todo el mundo de la Giraldilla, que ha trabajado muchísimo
para que Carmona vuelva a disfrutar de esta cabalgata; a Beatriz, que me cuidó
de pequeña y ha vuelto a hacerlo ahora en estos dos meses, a las amigas de mi
madre, a mis propios amigos, porque han puesto su granito de arena para hacer
de este gran día uno de los mejores de mi vida y, por supuesto, a mi cortejo,
que me ha arropado y acompañado en todo el recorrido. En definitiva, gracias a
todos.
MARÍA MARTÍNEZ PORTILLO 4ºA