lunes, 20 de mayo de 2019

Un soneto sobre Carmona


BELLA Y GRAN CARMONA
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Dulce y cristalina brisa del viento
Acariciando el cabello del suelo
Bañando las blancas nubes del cielo
Animando a todo buen forastero

Las cimas de tus bellas iglesias                               
Alcanzan los astros del firmamento
Haciendo este lugar un mundo nuevo
Lleno de apasionantes monumentos

Frías calles rebosan de momentos
Parques llenos de alegrías y sueños
Hacen lo hermoso de este enorme pueblo

Retumbando el canto de los jilgueros
Oí a un joven anciano decir
¡Bella y gran Carmona, aquí quiero morir!

                                 
            Autor: Daniel Moreno Fernández 1ºC


Día internacional del Libro

Cada 23 de abril  celebramos desde la Biblioteca el Día internacional del Libro.



Una Itálica pasada por agua


   
Los alumnos de Latín con su profesora

      El pasado miércoles 24 de abril, los alumnos  de 4º fuimos de excursión a visitar Itálica, que se encuentra en Santiponce, un pueblo de la localidad de Sevilla.

      Cuando llegamos al pueblo por la mañana corría un poco de aire, pero el cielo estaba claro.

Entramos en el conjunto arqueológico y los alumnos de la clase de Latín tenían que ir explicando curiosidades sobre Itálica, que fue la primera ciudad romana fundada en Hispania en el año 206 a.C.

      Una vez terminada la visita de estas ruinas romanas, en las cuales vimos muchas cosas interesantes como el Anfiteatro romano, los mosaicos, las antiguas termas y letrinas, etc., las tres profesoras de Letras que nos acompañaban (Eva, Lola y Alba) nos dieron tiempo libre para poder tomar algo.    
     Mientras desayunábamos, mis compañeros y yo notamos cómo caía el agua; efectivamente estaba chispeando. Nos dirigimos al autobús en dirección al Monasterio de San Isidoro del Campo, nos dividimos en dos grupos y empezamos el recorrido. Lo que más nos llamó la atención fue la enseñanza de San Isidoro sobre la constancia: con ella podemos lograr cualquier cosa. Cuando terminamos la visita de este magnífico pero desconocido Monasterio, ya se había desatado la lluvia. 






     A la hora en la que habíamos quedado para entrar en el teatro romano (al aire libre), después del almuerzo, no dejaba de llover, y aunque los augurios no eran buenos, todos aguantamos allí como lo hubieran hecho los aguerridos “milites” de la “Legio Romana”.






     La obra era Rudens, de Plauto , a cargo de la Cía. Balbo, compuesta por un grupo de jóvenes, que a pesar de la lluvia, estaban dispuestos a representarla. Efectivamente , todos nos mojamos,  tanto los jóvenes actores como el público, por este motivo no pudieron terminar la obra, pero mereció la pena entrar a verla, porque pudimos imaginarnos lo magnífica que hubiera sido si los dioses nos hubieran sido propicios en cuanto a la meteorología. 



                                                    Marta González Núñez 4ºC