El amor de mi vida
Se fue en un descuido
De mis brazos.
Yo nunca me quise dar cuenta
Y en poco tiempo la perdí,
Como un niño que pierde a su madre
Y un gorrión que pierde su nido.
Le pregunté el porqué de nuestro fin,
Y me respondió que ya no sentía lo mismo.
Aquel día
Me dejó solo y sin salida,
Marchándose y dejándome sin sentimientos.
Pasó un tiempo
Y tardé en encontrar un nuevo amor.
Pero me di cuenta de algo:
El amor no se busca, llega solo.
Este poema va dedicado a los jóvenes que pierden a su pareja y se creen que se les ha acabado la vida para siempre.
Raúl Díaz Cabeza. 4º de Diversificación.
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