Poema de terror
En un cementerio yacen los muertos
¡Y los vivos! ¿Dónde yacen?
Ni Dios sabe dónde yacen los vivos.
Una noche larga y fría, mientras dormía,
Escuché un ruido y vi un reflejo:
Era la muerte y venía a terminar lo
Que había empezado. En sus ojos tenía maldad,
En su rostro deseo de muerte.
Me arrastraba hasta un lugar oscuro
Que era el cementerio.
Allí intentó matarme, pero una
Mujer logró salvarme.
Era mi madre y me
Dijo que ella siempre
Estaría aquí para auxiliarme.
Juan Francisco Cuevas. 4º de Diversificación
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